El Ajoblanco, también conocido como “sopa blanca”, es un plato con raíces profundas en la historia de España. Su origen se remonta a la época de Al-Ándalus, cuando la influencia árabe dejó una marca indeleble en la cultura y la cocina españolas. Esta sopa fría era consumida por los campesinos y trabajadores del campo, quienes valoraban su capacidad para refrescar y nutrir durante los calurosos días de verano. Con el paso de los siglos, el Ajoblanco ha evolucionado, pero siempre manteniendo su esencia: la combinación de ingredientes simples para crear un plato lleno de sabor y tradición.
Ingredientes:
300 gramos de almendras crudas peladas1 diente de ajo
30 gramos de pan blanco del día anterior
1 litro de agua muy fría
200 gramos de aceite de oliva virgen extra
Sal al gusto
Vinagre al gusto
Mojama en taquitos
Uvas peladas
Hojas de yerbabuena fresca
Agrega el pan blanco troceado.
Bate a máxima potencia hasta que la mezcla sea suave y cremosa.
Sin dejar de batir, incorpora el aceite de oliva virgen extra en forma de hilo fino para emulsionar la sopa.
Prueba y ajusta la sazón con sal, vinagre y agua si es necesario.
Refrigera hasta que esté bien frío.
Decora con taquitos de mojama, uvas peladas y hojas de yerbabuena para un contraste de sabores y texturas.
Conclusión: El Ajoblanco es una oda a la simplicidad y la riqueza de la cocina mediterránea. Esta versión, con la adición de mojama y yerbabuena, aporta un toque moderno y sofisticado a una receta ancestral. Disfruta de este plato que es un testimonio vivo de la historia culinaria de España y un deleite para los sentidos.
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